Realidades

Mientras estos días se extinguen, voy dejando atrás la pesadez de los mismos, que vinieron como tormenta nocturna sin previo aviso.
Después de lo vivido, después de lo aprendido, la experiencia queda, los traumas afectan, pero no queda más que vencer el miedo, superar las adversidades y seguir hacia adelante. Entender que "el miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son".
Pero la realidad no se puede ocultar y la verdad es que la gente no habla más que de lo terrible y peligrosa que se ha vuelto la vida que nos está tocando vivir… y así crece y se anida el miedo. Nos gana, nos apresa, nos frustra.
Y poco a poco se acostumbran a vivir con temor a la noche, al día, al vecino, a pasar por el mismo lugar; viven temerosos de salir a la tienda, de hablar con desconocidos, de caminar sin compañía. Es cierto, no hay seguridad, no la hallaremos en las calles o en quienes se supone que trabajan para eso; hay pánico y desconfianza.
Cuando será el momento en que podamos recuperar la tranquilidad? ¿Algún día podremos volver a sentarnos en las afueras de nuestras casas, con las puertas abiertas? No lo sé. Eso parece una ilusión. Sólo sé que no quiero, ni debo guardar miedos y angustias porque a veces la vida nos hace reír pero también nos hace llorar.


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Día "D"

No había nada más definitivo para ella.
En su mente, era la única idea que sobrevivía al tiempo.
Nunca desistiría. Jamás lo olvidaría.
Despertaba día tras día con el mismo deseo, cada vez intenso, siempre un poco más cerca.
Ni los buenos -y mucho menos los malos momentos- lograrían borrar esa idea de su mente.
La decisión estaba tomada desde muy temprana edad, incluso cuando todos la consideraban aún inmadura, incapaz.
Lentamente el plazo se acortaba, permitiéndole disfrutar el agridulce proceso,
hasta que llegara el día para que su mayor deseo,
se volviese realidad.


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