Esperándote

No hay plazo que no se cumpla, ni fecha que no llegue.

En nueve días estarás en mis brazos, nueve días faltan solamente para conocerte, para ver esos ojitos que has cubierto celosamente en cada ultrasonido.

Aunque deseaba con todo mi corazón que tú eligieras el momento, jamás haré algo que te ponga en riesgo y si tiene que ser de esta manera lo acepto y pongo toda mi fe y mi confianza en que es lo mejor para ti.

Sí, extrañaré tus piecitos descansando en mis costillas y tu insaciable hambre nocturna, entre muchas cosas más pero nada será comparable a la sensación de tenerte entre mis brazos.

Ocho, el día 8, el número infinito; un viernes, un día que la gente anhela para relajarse y descansar. Ese día empezará mi trabajo más difícil pero sin duda más gratificante.

Mientras disfruto los días que quedan, te espero feliz... Viernes, 8 de julio.