En silencio escucho una y otra vez el golpeteo de pequeñas gotas lanzadas por el viento hacia el cristal de la ventana.
Agotada por el ajetreo semanal, los preparativos y las vueltas por toda la ciudad sin parar. Planes y plazos que uno a uno se van cumpliendo. Días que se escurren como la lluvia que moja la ventana.
En silencio escucho la música que llena de frases mi mente, inunda de recuerdos el momento, agita un no-sé-qué dentro de mí, infla mi pecho y recorre cada poro de mi piel. Retomo fragmentos que siento, que sueño y también que anhelo.
No hay más silencio.
Aumenta poco a poco el volumen con cada tonada que llena mis sentidos. Afino el oído y repaso lentamente canciones que le pertenecen a quien las vive.
Sigo coleccionando canciones.
Mis dedicadas, mis recibidas, mis recomendadas y mis robadas; las que me duelen, las que me alegran, las que decoran ciertos momentos y las que caen como anillo al dedo.
Mientras estallo en notas escucho esas que me han contado haber sido elegidas para ese día tan especial y voy descubriendo el sentido y significado de tener una canción, compartirla, adueñarse de ella.
Sin esperar hallar la canción que me transporte, el random del reproductor la trae hacia mí.
Ya siento mis oídos totalmente abiertos, mi cerebro atento por completo a la música que desde el primer acorde me ha atrapado, la letra llena mi boca y el significado le induce una inexplicable sensación a mi corazón... Abro los ojos...
Agotada por el ajetreo semanal, los preparativos y las vueltas por toda la ciudad sin parar. Planes y plazos que uno a uno se van cumpliendo. Días que se escurren como la lluvia que moja la ventana.
En silencio escucho la música que llena de frases mi mente, inunda de recuerdos el momento, agita un no-sé-qué dentro de mí, infla mi pecho y recorre cada poro de mi piel. Retomo fragmentos que siento, que sueño y también que anhelo.
No hay más silencio.
Aumenta poco a poco el volumen con cada tonada que llena mis sentidos. Afino el oído y repaso lentamente canciones que le pertenecen a quien las vive.
Sigo coleccionando canciones.
Mis dedicadas, mis recibidas, mis recomendadas y mis robadas; las que me duelen, las que me alegran, las que decoran ciertos momentos y las que caen como anillo al dedo.
Mientras estallo en notas escucho esas que me han contado haber sido elegidas para ese día tan especial y voy descubriendo el sentido y significado de tener una canción, compartirla, adueñarse de ella.
Sin esperar hallar la canción que me transporte, el random del reproductor la trae hacia mí.
Ya siento mis oídos totalmente abiertos, mi cerebro atento por completo a la música que desde el primer acorde me ha atrapado, la letra llena mi boca y el significado le induce una inexplicable sensación a mi corazón... Abro los ojos...
Creo que la he encontrado.
----------------
Listening to: Westlife - Flying without wings
via FoxyTunes
¿A esa canción especial?, misión cumplida, luego se puede uno perder entre tantas canciones y los recuerdos que evocan. ¡¡Te envío un fuerte abrazote para darle más calidez a ese encuentro!! ;)
ResponderEliminarQue magnifica manera de explicarlo, muchas veces a mí también me ocurre hasta que chass!! Aparece la luz en mis oídos :)
ResponderEliminarMuacksss
siempre hay una cancion para cada momento o etapa de la vida, chido que haya llegado la queesperabas
ResponderEliminarxhaludos!
La conexión entre mi ipod y yo es maravillosa: es solo cuestión de poner el aliatorio como tú, y él sabe qué necesito escuchar en ese momento... qué miedo, o que maravilla.
ResponderEliminarSi fuera legal, me casaría con la música.
Gab: Me encanta perderme entre canciones ;)
ResponderEliminarNela: Eso es genial, no? Cuando se abren tus sentidos a la letra y la tonada, es una sensación única.
Xhabyra: Afortunadamente hay música para todo!!
Pith: El momento perfecto es cuando tu reproductor parece leerte la mente y te dedica la que tanto deseabas oir.
Besos a todos ;)
Recuerdo que disfrutaba mucho recostarme en la cama, apagar la luz de la habotación y poner música antes de dormir.
ResponderEliminarQue bueno que la hayas encontrado!
Saludos.
Perderse en las canciones es todo un viaje ¿verdad? ya que no puedo conseguir LSD, nada como un buen disco para ello ;)
ResponderEliminarAmorphis: Y no lo dejes, yo aún lo sigo haciendo ;)
ResponderEliminarGab: Este método es mejor, más barato y menos dañino ;)
Totalmente identificado con tu post a excepción de que a mi solo me sucede eso que a ti pero cuando me siento triste, me dejo envolver por mi playlist y que el random me termine de matar con los sonidos mas depresivos posibles.
ResponderEliminarMe gustó.
El encuentro de lo clásico y natural con la tecnología actual. Envolvente sin duda. Saludos.
ResponderEliminarNovak: No sé que rayos le pasa al blogger, primero no me aparecía tu comentario pero lo leí en mi mail, luego ya lo pude ver, y ahora de nuevo se ha ido pero aparece en el conteo... ¬¬ esto es un compló!!
ResponderEliminarDe todas formas gracias x tu comentario.
Mobtomas: Bienvenido, gracias por dejarte envolver, así es la música ;) ...Vuelve cuando gustes
La ensoñacion que deja una buena sesión de música es genial. Puedes ir y venir, pensar o desconectar el conciente para navegar en lugares ajenos y tan propios que te pierdes en ellos.
ResponderEliminarBuena descripción de esas tardes Gachi.
Yeah! La música nos va salvar
ResponderEliminar