Y vio la luz...

Aunque muchas veces lo planeé, resultó como suele suceder:

¡INESPERADO!

Cuando me di cuenta, ya estaba formándose, no fue posible detener su gestación... era demasiado tarde para arrepentirse.
He de confesar que antes de él, me deshice de otros dos y en cuanto lo descubrí pensé hacer lo mismo, pero finalmente decidí conservarlo.
Nadie sabe nada aún, tal vez poco a poco iré dandóles la noticia, para que lo conozcan y lo disfruten igual que yo; mientras tanto, aquí está conmigo, creciendo, desarrollándose y dándome muchas alegrías, satisfacciones y también una que otra sorpresa.